domingo, 10 de abril de 2011

“Los mitos griegos no son políticamente correctos”


Guillermo Del Zotto
gdelzotto@elpopular.com.ar
“Les propongo entrar al más extraño y oscuro de los laberintos: el de la imaginación humana”. Ese es el desafío y convite que hace Ana María Shua en su última producción, editada por Alfaguara y pensada para hacer conocer los mitos griegos al público infantil.
Shua, quien además de novelista y autora especialista de minificción (prepara un nuevo libro del género para setiembre), también tiene un gran camino recorrido en la mente del lector pequeño. En este caso con “Dioses y héroes de la mitología griega”, la idea es precisamente abordarlos dese su experiencia en la “traducción” al lenguaje de esos consumidores especiales. Dice también en el prólogo justificar ese “otra vez” de los mitos porque “son extraños y maravillosos, pero también familiares y cercanos. Porque están vivos”.
-Teniendo en cuenta la invitación que haces en el prólogo , “¿considerás que es el miedo el primer disparador de la imaginación?
-No, en absoluto. La imaginación humana es un extraño y oscuro laberinto en el que hay jardines y selvas, cuartos iluminados, mares insondables, pelusas, rocas y torres de petróleo. No todo es terrorífico, no todo es feliz, pero todo es imprevisible. Los mitos griegos son tan intensos que consiguen hacernos vibrar cruzando el tiempo y el espacio con su carga de asombro y maravilla.
-¿Cómo fue esa experiencia de lectura de “El tesoro de la juventud” que explicás como disparador de esta obra y cómo fue revivirla de adulto para elaborar los textos?
-“El Tesoro de la Juventud” era un libro que yo adoraba. Lo desee mucho y finalmente me regalaron en una noche de Reyes, como a los nueve o diez años. Traía su propio mueblecito, porque eran veinte tomos, era un libro ya muy anticuado para mi época. Pero además de “El libro de los Por qué” y el “El libro de las narraciones interesantes”, “El Tesoro de la Juventud” incluía muchas historias de mitología griega y romana, que yo disfrutaba enormemente. Mis padres se divertían con mi interés por los dioses y los héroes, y a veces me tomaban lección (con el libro abierto, porque ellos no sabían tanto) para ver si realmente me había aprendido esos nombres raros y lo que querían decir. Fue enormemente placentero releer varias versiones de los mitos para revivirlos una vez más.
-¿Cuál es el poder de los mitos griegos para seguir hoy vivos, como decís, y seguir representados con distintas variantes pero el mismo trasfondo?
-Los mitos griegos cuentan historias humanas, llenas de calor, de emoción. No son políticamente correctos, no tienen explicaciones para todo, no son moralistas. Nos hablan de los malos y los buenos sentimientos. Los dioses y los héroes son buenos y malos al mismo tiempo, son valientes pero codiciosos, son generosos pero imprudentes, son alegres pero egoístas. Muchas veces no hay una explicación razonable para sus actos, como le puede pasar a cualquiera, ni ellos mismos saben por qué se están comportando así. Por eso, y por la loca imaginación que los anima, porque tres ancianas marchitas pueden compartir un ojo y un diente, porque hay monstruos que tienen cincuenta cabezas y cien brazos, porque una mujer con cabellos de serpiente puede convertirte en piedra con la mirada, por todas esas razones seguirán estando siempre vivos y al acecho, listos para lanzarse sobre el lector y atraparlo una vez más.
-Alguna vez has opinado que las fronteras entre literatura para adultos y para niños son difusas. ¿Cómo experimentaste este concepto a la hora de armar estos textos? ¿Qué voz narradora elegís para hablarle a los más chicos?
-Las diferencias son muy claras cuando uno se encuentra en mitad del país. Un cuento para un chico de seis años no es para adultos, punto. Pero cuando uno se acerca a las fronteras, diez, once, doce años, no hay tantas diferencias. Un libro para chicos es un libro que también le interesa a los chicos. No tuve que pensar mucho cómo contar estas historias, me guié por mi intuición como escritora. Cuando un autor dice que escribe para sí mismo, no quiere decir que no le interese publicar, sino que uno mismo es su primer lector. Yo traté de escribir los mitos griegos como a mí me hubiera gustado leerlos cuando era chica.
-¿Qué podés adelantar del libro “Fenómenos de circo” que se publicará en setiembre?
-Es un libro de cuentos brevísimos, no más de una página cada uno. Todos tratan de diversos modos sobre el tema del circo y muchos están basados en historias reales. Tanto que decidí incorporar una sección en la que aparecen minibiografías de las personas reales mencionadas en el libro. Quiero que se distingan de los personajes que yo inventé. Estoy muy contenta, lo estoy terminando ahora, después de muchos años de trabajo y me gusta cómo quedó.