lunes, 14 de julio de 2008

Compuesto


Era posible desvestir locuras. Leopoldo Marechal.

Otro día más te despertás formando parte de una caravana
de ésas que reportan las noticias internacionales
ya fueron trastocados para la función de hoy
los chaplines por hitleres
los circos flotan en la bóveda celestial
con sus rutinas congeladas
Hay hombresmanada maquillados de barro para salir en Discovery
nadie se atreve ya a orinar en la bolsa del mercader
el mundo entrega su inmundo amanecer como un parto natural
las gaviotas del paraíso picotean lo que creen felicidad en las montañas de basura humeante
Alguien descubre la partícula de la Gravedad
y observa todo multiplicado por catorce
y muere de desconcierto súbito
Las palabras no son techo, ni plumaje ni hojas del suelo.
Lo que se agazapa es el corazón, como un pequeño animal que quiere huir de un cuerpo muerto.
Es el único puño que resuena, rojo de sonido sordo.
Delator que anuncia "la estampida es para el otro lado".
Es un intento de volver a desvestir locuras, Leopoldo, antes de que "la tierra sea un antílope que huye".
El pequeño animal en su jaula de huesos sabe que el juicio final huele a caravana de Discovery con barro y orín de humanidad fracasada.
Y le empieza a latir que alguna vez una seña desde la puerta será para él.
Tiene el empellón caliente de una urgencia. Cree que va a hacer algo.
Pero una lluvia ácida de 50 mg. de diclofenac sódico y 4 de pridinol mesilato riega el cartílago del riesgo. Y la caravana vuelve a entrar en la TV.