miércoles, 27 de abril de 2011

Obras de Daniel Fitte en Azul




Como un artista de preguntas lo definió Héctor Joaquín García a Daniel Fitte cuando allá por el 2001 expuso su obra en el Museo López Claro de Azul. Era una etapa que promediaba su madurez con la pintura y comenzaba a asomar fuertemente su tendencia al arte conceptual, sobre todo basado en objetos. Hay muchas nuevas miradas desde entonces. Y el próximo domingo 1 de mayo, en el azuleño Espacio de Arte Oliva Drys, será inaugurada una muestra con sus últimas pinturas.
Después de varias muestras en la ciudad de Buenos Aires, Daniel Fitte fue dándole forma a nuevas obras personales en medio de dos trabajos de gran exposición: el monumento homenaje al Trabajador del Cemento en Sierras Bayas y la obra Sendero de la Memoria que será inaugurado en los próximos días en el campus universitario de nuestra ciudad.
“Puedo decir que Sierras Bayas es a Fitte lo que a Quinquela Martin La Boca”, expresa el profesor Silvio Oliva Drys para de alguna manera dar la bienvenida a esta nueva exposición que tendrá justamente una base de paisajes y cardos de la ciudad natal del artista. Precisamente de esa mirada agrega: “Fitte evoca y nos presenta con luces y sombras las silenciosas presencias del paisaje a los que rinde homenaje. En sus cardos y piedras arremete desde las vísceras sobre el soporte, fuertes y seguros trazos marcan su impronta, los da quien ya conoce el oficio, la técnica y así su pintura adquiere la dimensión de obra plástica, de la pintura-pintura”.
En esta muestra que se desarrollará durante todo el mes de mayo seguramente se podrá apreciar el espíritu de obra que Oliva Drys sigue sintetizando así: “una diversa producción –dibujos, instalaciones, pinturas o ensambles- donde es frecuente encontrar un ´cierto clima metafísico´ que subyace y así nos introduce a una experiencia de memoria, del acontecer y devenir de la existencia humana. Del trabajo, del obrero, de los vestigios, de la piedra convertida en hombre y el hombre convertido en piedra, del alma de los cardos y todo lo que su sensibilidad aborda”.
Una mención merece también el catálogo que se realizó para esta ocasión. Con una delicada mirada que incluye sutilezas y blancos propios de la obra de Fitte, la publicación recoge la observación de colegas y críticos con textos que van dibujando la búsqueda del artista y la encierran en una síntesis que no por parcial deja de reflejar una justa apreciación. Con certezas pero también con preguntas que insinúan lo más importante: se trata de una obra que está viva.

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