miércoles, 16 de enero de 2008

Arte poética

Tomar al poema-casa
para la extracción de una idea-piedra
¿por qué tanto desorden
en el palabrerío de los pulcros?
Dejarse dictar
pero no hay filo de tajos
perdurables
Hubo alguno que fue arquitecto
otro, ermitaño posmoderno, se hizo un jardín
Dejaron la vigilia
el espectro del no-poema, para llenarlo
el anochecer en la casa del verso inmaduro
¿no era soledad lo que se había pedido?
¿Por qué no padecer ahora el dolor que fue requerido?,
esculpido en saliva el trono que ahora se niega.
¿Cuándo fue que se deshizo la vocación de víctima?
***
En el chasquido del látigo, no en el látigo. Así como en Pessoa y no en la literatura. En un sueño dentro de otro, pero que sueña nadie. Insustanciabilidad, sobre todas las cosas.
***
Las vendas del poema
antes de su no ser
transforma los mitos en tertulia
deja escurrir lo descifrable
Intérprete de la efigie, no su sombra.
La búsqueda se pierde a sí misma
en círculos
en el bosque de la dormida
***
Los cielos han cambiado.
Beber del cansancio amenaza con su infinito.
Y de la fuente de las probabilidades salen llaves sin cerraduras.
Alguien ha creado una hierba para la que todavía no nació la bestia adecuada.
Hay un hambre sin estómago que busca en los rincones del viento.
Paisajes lastimados de ausencias y escenas gloriosas que no volverán a repetirse y que nadie registró.
Se está transpirando intrascendencia con la misma energía con la que pudimos haber puesto pasión.
***
La efigie se fuma los dedos
el ama de casa se estira el delantal
los manteles del olvido
el viento, los patios
la mano negra quita el bocado
y en el zarpazo se lleva el otoño
del centro del sol.
Los intelectuales siguen empecinados
En continuar las líneas
Del dibujo
De las cosas que no sirven
El viento del patio y los manteles
nos toman de la solapa y nos dicen
que somos suciamente uno de esos.
(Publicado en septiembre de 2005 en El Subsuelo)

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